Por Jessel Mendivelso
Hacia
el año 2007, miembros del consorcio Solarte y Solarte llegaron a las viviendas
que quedan en la vereda Romita de la ciudad de Paipa, y les dijeron a los
habitantes que construirían la doble calzada y que esto implicaba que tendrían
que venderles parte de sus terrenos para la ampliación. Esto causó un poco de
preocupación y alarma, y muchos campesinos de Romita se negaron a vender porque
se encontraban apegados a sus ranchos que se ubicaban a la orilla de la vieja
carretera.
Así
comenzó la historia de la doble calzada “ampliación Briceño, Tunja, Sogamoso”,
que impactaría de una manera dramática la cotidianidad y el estilo de vida de
los campesinos.
Una
carretera es símbolo de desarrollo y progreso, pero en esta ocasión su
construcción muestra que una carretera es una manera de destruir la memoria y
lesionar los tejidos vitales que los campesinos. Por ejemplo doña Helenita
Cantor de Avendaño vivió toda su vida a orillas de la carretera, y tuvo que ver
cómo derrumbaban la casa. En varias oportunidades dijo que no quería que esto
sucediera, y que quería que tumbaran la casa con ella adentro; me imagino que
para morirse con su casa. Cuando pregunto que cómo era ella, me dicen que era
una mujer muy tierna y que en la casa durante muchos años funcionó un Telecom. Lo
cierto es que doña Helenita vio desde una casa cercana, a través de la ventana,
como una retroexcavadora tumbaba su rancho.
Pero
esta historia de la carretera también ha dado para elefantes blancos. En el
kilómetro 2 vía Paipa se comenzó la construcción de un puente peatonal, en el
que seguramente se invirtieron millones, pero que nunca fue terminado. Ahora en
la Alcaldía de Paipa dicen que por ser vía nacional no se puede terminar, y el
Presidente andará ocupado en otros asuntos como para interesarse en un puente
en Romita –Boyacá-.
Antes
de la ampliación de la vía existía un túnel cerca de la escuelita. Era
utilizado por los niños para cruzar la carretera. Sin embargo fue sellado, y
nuevamente se perdieron millones de pesos que hubieran servido para mejorar las
condiciones de la misma escuela. Ahora es una alcantarilla. Es curioso esto,
pero hay padres de familia que ahora ven con preocupación el envío de los niños
a la escuela porque pasar las dos avenidas con los carros, camiones y buses a
altas velocidades, se convierte en una peligrosa odisea; algunos de los niños
ya no van a la escuela por esta razón. Y el puente no existe y el túnel tampoco
y los gobernantes no sirven para nada. Incluso una mujer y su hija fueron
atropelladas el 8 de agosto del 2011, mientras cruzaban la avenida. ¿Progreso?
¿Desarrollo? Eso es algo que parte en dos una vereda. Los que viven al otro
lado de la carretera no se enteran de las reuniones y han aumentado los
conflictos porque no asisten a las mismas. Otros se han ido para el centro, y
otros ya comienzan a acostumbrarse porque ¿Qué más pueden hacer?
A
las personas les pagaron a $ 15000 el metro; eso se le paga a un campesino por
dejar su cultura, y por arriesgar su vida atravesando una carretera…
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