Por Anyi Tatiana
Hernández Morales
Los “Elefantes blancos” son una especie de elefante de origen
colombiano propio de la fauna y la zoología politica tradicional, que ha hecho de
los cargos públicos y del presupuesto público, los elementos necesarios para reproducirse…
y que por más ética y protesta social que haya… se niega a encontrarse en vía de
extinción.
La pregunta sería ¿Hay que resignarnos? Yo creo que no. Hay
que renovar esa mentalidad de esclavos. No debemos dejar que las hienas
políticas se coman el dinero del país, no podemos vender nuestros principios,
derechos y dignidad cada cuatro años, y dejar que los buitres hagan su mejor
trabajo. Si no desconectamos nuestra mente de un sistema tan terrible que nos
pone en manos de esa fauna miserable e inhumana, no podremos salir de la
caverna en la que vivimos. En la cuidad de Duitama esta especie lamentablemente continúa,
y nos dejó un adefesio durante más de una década en la vereda de San Lorenzo de
Abajo.
Se debe decir que este monumento al robo, este elefante
blanco fue destruido y que ya no existe. Pero durante años se erguía como un
llamado de atención a los electores poco educados de la ciudad. Para muchos habitantes del sector y para mí, este elefante
blanco no era más que el monumento de un robo; de hecho esta expresión fue
utilizada por las personas del sector para denunciar la corrupción en la cuidad
y la pusieron en una pancarta para que los habitantes de la cuidad se educaran
un poco. Yo creo que la corrupción y sus diversas especies se esparcen
como un cáncer destruyendo los sueños de las comunidades. Creo que este tipo de
actuaciones deberían hacer reflexionar a toda la sociedad para que no vuelvan a
elegir partidos en los que haya habido políticos corruptos.
Esta
malsana zoología en nuestro país es aberrante; los elefantes blancos son
paridos por lo general por una especie parasitaria repugnante, políticos
camuflados en alcaldías, concejos, gobernaciones, asambleas, senado, etc.
Existe la costumbre de llamarlos ratas o lagartos pero estos animalitos no
tiene la culpa; de hecho las prostitutas insisten en que tampoco son sus hijos. La
gente debería ser más desconfiada y vigilar más a los gobernantes de turno; o
para no tenerlos que vigilar tanto, elegirlos bien, sobre todo en lo que
concierne al manejo de los recursos públicos porque para nadie es un secreto
que la mayoría de estos especímenes llegan a estos cargos con el único
propósito de robarse la plata que podría ser invertida para mejorar la calidad
de vida de nosotros mismos.
Desde
esta perspectiva el elefante blanco es un producto de la deshonestidad y de la
estupidez. Es decir, por un lado, estas asquerosidades de políticos, y por otro
la estupidez de quienes los eligen. Claro que los que roban y paren elefantes
blancos también son estúpidos porque dejan huellas de sus robos, esas
construcciones símbolo de la estupidez de una comunidad que no aprende. La
cuestión es ¿Estos elefantes blancos no son una prueba para poderlos juzgar? Aunque
si hiciéramos un balance serio, los estúpidos son los que votan por ellos.
Algunos son ingenuos porque piensan que compartirán su botín con ellos… con un
puesto o un cargo, o etc.
El
monumento estuvo ubicado en la vereda San Lorenzo de Abajo o Villa Olímpica y
fue construido en el año 1990. El terreno de la obra tenía aproximadamente
1.200 metros, el contrato fue de $ 3.200 millones, y se puso en manos de un arquitecto llamado Héctor
Julio Becerra. El gobernador era Alfonso Salamanca Llach y el Secretario de
Hacienda era Oscar Celio Tamayo. En su gobierno le aumentaron unas gradas a la
obra, pero este magnífico proyecto se caracterizó por ser una estructura en
obra negra durante más de diez años. Se
dice que una de las causas por las cuales no se pudo concluir este proyecto fue
por problemas de ubicación y fallas geológicas ocasionados por el clima de la
ciudad. Sin embargo, si esto es cierto, muestra la falta de planeación (más
estupidez) y se evidencia corrupción y despilfarro.
Alguna agencia turística debería armas planes
turísticos para conocer los elefantes blancos del país… y el Ministerio de
Cultura debería reglamentar su cuidado por el bienestar de la memoria…
olvidamos muy rápido… Y ya vienen las otras elecciones…
Es muy interesante ver como en Duitama siguen y siguen de moda estos "Elefantes blancos", ademas de esto, las personas deben empezar a concientizarsen sobre que personas eligen como sus alcaldes o representantes.
ResponderBorrarAndres Mendivelso
Un ejemplo más de tanto y tanto elefante contratado por el ESTADO para legalizar fondos. Día a día la gente esta despertando y esta siendo más aterrizada al momento de entregar su vida al mejor postor por un voto.
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