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Imagen de Mnemósine. Diseñada por el Maestro Neil Avella |
MNEMÓSINE
QUEBEC
La paz no es que resuelva los problemas
sino que los hace visibles
Diana Uribe
Lo más importante que está pasando en América Latina
es la tentativa de construir la paz en Colombia
José “Pepe” Mujica
(Expresidente
de Uruguay)
1. Palabras liminares
Desde nuestra bella
y humilde Escuela llamada Quebrada de Becerras (Quebec) ubicada en el área
rural de Duitama, les proponemos un reto. Ojala llegue a oídos receptivos que
sepan asumirlo, y que encuentren la manera de taladrar la rutina o la
indiferencia o la pereza, y encauzar la importancia del Saber que debe formar a
los ciudadanos del mañana.
Somos conscientes de
que en términos legales el concepto de ciudadanía se ejerce cuando se cumplen
los 18 años de edad; sin embargo se tiene que aceptar que si bien la ciudadanía
es producto de un saber que se ejerce desde esa edad, se origina en los
procesos educativos y culturales que el niño recibe en su núcleo familiar y que
deben ser potenciados en la Escuela.
La Escuela es un
espacio de construcción de sentido en el que los niños se forman como seres
autónomos en un escenario político que lo valora como ser humano y como futuro
ciudadano; es un escenario que le señala al estudiante una función primordial,
que consiste en defender los valores democráticos en los que puede realizarse
como individuo. Ahora, en un país en guerra, es lógico que la Escuela se asuma
como un espacio de reflexión sobre el conflicto, en el que se proponen
ejercicios didácticos y pedagógicos en torno a lo que significa valorar la vida
y los DDHH.
Por estas y otras
razones, en el Centro educativo Quebrada de Becerras (Quebec), de la ciudad de
Duitama, se ha elaborado un proyecto transversal que busca que la Escuela
reflexione sobre las causas y los efectos del conflicto armado interno en
Colombia. Una de las primeras actividades de nuestro proyecto es la realización
de un plebiscito por la paz, que en
nuestra institución se desarrollará en el marco de las elecciones en las que se
elegirá a los representantes de nuestro Gobierno Escolar, pero que en otros
planteles podría realizarse en el mes de marzo.
En la coyuntura
actual (diálogos de paz), llegar a dimensionar el potencial de esta sencilla
actividad, podría permitir una reflexión sobre lo que significa la paz en los
entornos familiares y escolares de nuestros estudiantes. Y si a esto le sumamos
la tesis de que el cambio se hace poco a poco, a lo mejor podamos, poco a poco,
lograr cuestionar el afán de guerra y de muerte que ya se ha naturalizado en
millones de colombianos que ven la paz como un espejismo demasiado superfluo
frente a las primitivas posibilidades de la guerra, que le permiten a los
violentos lucrarse de los numerosos negocios de la muerte.
Nuestra Escuela
quiere compartir con las demás Escuelas y Colegios de Duitama, Boyacá y el
país, esta sencilla iniciativa. En el marco de la elección del Gobierno Escolar
proponemos realizar nuestro plebiscito por la paz. Se trata de un ejercicio
didáctico y pedagógico que se propone como ejemplo para el resto de la
sociedad. La escuela no sirve de nada si no intentamos llevar el saber a la
calle; esa ha sido una de las conclusiones de nuestro proyecto Mnemosine (la Diosa de la memoria), que
ha buscado diseñar y desarrollar actividades que le permitan a los estudiantes
asumir autonomía luego de procesos de elucubración de sentido sobre lo que
significa educarse en un país con tantos problemas como el nuestro, pero a la
vez, un país con un futuro con mucho potencial, si logra sobrevivir al
presente.
Hacemos un llamado a
la Ministra de Educación y demás funcionarios del Ministerio, Gobernadores,
Alcaldes, Concejales, Funcionarios de las Secretarías de Educación, Directivos,
Rectores, Directores, Coordinadores, Maestros, Padres de familia, Estudiantes,
Bibliotecarios, periodistas, etc., para que propongan esta iniciativa en los
planteles educativos, lideren el proceso y lo lleven a cabo, según las
alternativas que presente cada establecimiento escolar.
Les ofrecemos esa
idea y a cambio, les pedimos que nos envíen un par de evidencias de estos
procesos: una fotografía y un texto anexo (un par de párrafos) en los que nos cuenten las actividades
realizadas, las analicen y nos cuenten los respectivos resultados. Esta
información la utilizaremos para elaborar un artículo y presentarlo a la comunidad
educativa. El correo es losabajofirmantes@gmail.com
Desde nuestra
humilde Escuela, ubicada en el área rural de Duitama, les proponemos este reto.
Ojala llegue a oídos receptivos que sepan asumirlo, y que encuentren la manera
de taladrar la rutina o la pereza o la indiferencia, y encauzar la importancia
de la Educación que existe para formar ciudadanos democráticos que sepan
ejercer la ciudadanía cuando les llegue el momento. A veces el momento ocurre
antes de los 18 años de edad, y eso señoras y señores, es lo que se llama
pedagogía.
2.
Justificación
UN VOTO POR LA PAZ
Un voto por la paz
es una lección que se da a los adictos a la guerra, a quienes se niegan a
comprender que la historia de un país debería estar por encima de las armas y
de la muerte. Entre ellos están los movimientos guerrilleros y paramilitares, y
los políticos que están de acuerdo con sus actuaciones. Entre ellos están los
militares que han equivocado el uso legítimo de la fuerza con la posibilidad de
garantizar sus intereses personales por encima de la vida de los pobres,
quienes por lo general son los que tienen que poner el pecho en esta guerra.
Entre ellos están las personas que repiten discursos que promulgan la violencia
sin que se hayan detenido a pensar en las razones que motivan estos discursos,
que por lo general se relacionan con intereses económicos personales.
Un voto por la paz
es un llamado a la lucidez, al pensamiento, a la capacidad de los hombres para
dialogar. Es una oportunidad de detener las balas para conversar sobre los
efectos de la catástrofe y del hartazgo que nos produce tanta muerte. La paz es
una oportunidad para la complejidad y la belleza de lo que significan nuestras
creencias religiosas: amar a los enemigos: respetar y valorar la oportunidad de
su existencia. Reconocernos en el enemigo, humanizarnos a través de él.
Utilizar nuestra capacidad de odiar para descubrir que somos capaces de
sobreponernos a esa emoción que llama a la muerte y que nos desgasta poco a
poco, como individuos y como país.
Un voto por la paz
es escuchar el susurro de la historia y del desarraigo; es pensar en lo que han
tenido que soportar nuestros abuelos y nuestros padres, y sus abuelos y sus
padres, y nuestros hijos y sus hijos; ya es hora de que nuestros nietos tengan la
posibilidad de despojarse de esa carga atroz de lo que significa la venganza. Es
la oportunidad de que los que han visto la guerra a través de la pantalla,
piensen un poco en los que la han tenido que vivir en carne propia, algunos de
ellos tan golpeados que fueron contagiados por ese impulso de la guerra de
sobrevivir para contagiar con el odio y la venganza, a los que quedan vivos.
Un voto por la paz
es la posibilidad de que los gobernantes comprendan lo que sucede cuando las
personas a quienes gobiernan, se ponen a pensar, porque proponemos que los altos
presupuestos para la guerra pueden dedicarse a solucionar los problemas que
impiden que haya paz, y que son el incendio aparente de la guerra: es una
exigencia de que al fin comiencen a cumplirse los dictámenes del Estado Social
de Derecho; es una exigencia para que se reconozca la dignidad de las personas;
es la gran oportunidad de desandar y retomar otros caminos que nos permitan ser
la gran nación que estábamos destinados a ser.
3.
A propósito
de un marco legal:
Un país culto y
educado no tendría por qué consultarse si prefiere la paz o la guerra; por
tanto validamos para nuestro ejercicio
didáctico, otra de las acepciones de la palabra plebiscito, cuando refiere que es un apoyo masivo de un pueblo a
una causa, aunque de la mano vaya el término jurídico, que en Colombia se asume
como un mecanismo de participación ciudadana.
El artículo 40 de la
Constitución de 1991 refiere el derecho que tiene todo ciudadano de participar
en los asuntos políticos del país, y una de las formas de participar es a
través del plebiscito que se encuentra cobijado en el artículo 103 de la
Constitución de 1991, como parte de otros mecanismos de participación.
La Ley 134 de 1994
reglamenta estos mecanismos y “establece
las normas fundamentales por las que se regirá la participación democrática de
las organizaciones civiles”. Esta ley en su artículo 7 señala que “el
plebiscito es el pronunciamiento del pueblo convocado por el Presidente de la
República, mediante el cual apoya o rechaza una determinada decisión del
Ejecutivo”.
Sin embargo esta ley
también señala que el plebiscito no se debe hacer a la par de otro tipo de
elecciones. Interpretamos este dictamen de la ley en el sentido en el que
debido a la politiquería, podrían utilizarse dignas expectativas populares para
hacer proselitismo político barato; sin embargo en la Escuela no se presentan
esas prácticas enquistadas de la política tradicional, y por tanto se enaltece
la importancia de la elección del Gobierno Escolar con una iniciativa juvenil
que refresque la posibilidad del sufragio, y a la vez sirva de lección para las
generaciones de la guerra que parecieran no querer vivir de otra manera.
La ley 1622 del 2013
establece las disposiciones para la consolidación de la ciudadanía juvenil, y
garantiza su ejercicio pleno en todos los ámbitos. Esta ley reconoce el
liderazgo de los jóvenes en el desarrollo de nuestro país. En el artículo 3
esta ley señala que se debe “Garantizar la participación, concertación e
incidencia de las y los jóvenes sobre decisiones que los afectan en los ámbitos
social, económico, político, cultural y ambiental de la Nación”, y la ley no se
puede quedar solo en el papel, se la debe asumir como una vivencia cotidiana
para que aprendamos a respetarla y valorarla. Esta es una de las formas que
tiene la Escuela de acercar al niño al concepto de Democracia Participativa.
En su artículo 4 la
ley establece que se debe “Posibilitar y propender el desarrollo de las
capacidades, competencias individuales y colectivas desde el ejercicio de
derechos y deberes orientados a la construcción de lo público”, y pensamos que
uno de los bienes públicos que fortalece el concepto de democracia
participativa, es la posibilidad de la Paz.
4.
Metodología:
Cada Plantel
educativo es libre de desarrollar la iniciativa, pero imaginamos la elaboración
de una activa campaña que apoye la paz frente a los discursos que apoyan a la
guerra. Carteles, iniciativas musicales, artísticas, filosóficas, etc., que nos
eduquen en la necesidad de comprender el sentido de la paz como soporte de una
sociedad democrática que debe proponer un digno proyecto de nación.
Sin embargo estas
ideas se refrendarán a través de un voto que se depositará en una urna o que se
seleccionará en una pantalla porque en muchos colegios las elecciones se hacen
ya de manera electrónica.
Nuestro objetivo
entonces no es elaborar un tarjetón en el que se plantee la pregunta de si
validamos o no los acuerdos que se logren durante los diálogos entre las FARC y
el Gobierno, en La Habana… Pensamos que nuestra pregunta debe girar en torno a la necesidad de reflexionar en las Escuelas
de una manera transversal, interdisciplinaria y democrática, sobre las
implicaciones de la guerra y las posibilidades de la paz. La pregunta que
proponemos es un ejercicio didáctico que busca impactar en la visión de mundo
de las comunidades educativas, y se planteará con la idea de que los resultados
sean un mandato para todos los
frentes en conflicto:
¿Está de acuerdo en ordenarle a todos los políticos,
y a todos los frentes de violencia que tiene nuestro país, que cesen las
hostilidades y los enfrentamientos, y se sienten a dialogar hasta que logren llegar
a acuerdos que nos permitan vivir en paz?
SI NO
Estamos de acuerdo
con Diana Uribe en que la paz permitiría que comenzáramos a ver los demás
problemas que tiene nuestro país, y esto es grandioso porque podríamos al fin,
empezar a resolverlos, y esto quizás nos permita con el tiempo, construir una
nación digna y moderna.
Esperamos que cada
plantel nos envíe un par de evidencias sobre el proceso para poder ofrecer a la
comunidad política y académica un balance de esta iniciativa.
Es hora de hacer un
alto en la Escuela. Cada uno de los maestros debe pensar en la coyuntura
histórica de lo que implican los diálogos de paz. Es hora de recordarnos una
vez más las implicaciones que tiene nuestra función social y política. Debemos
educar y proponer Saber para lograr un país digno y en paz. Nuestra función
consiste en hacerle resistencia al discurso de la muerte. En Colombia esa es
parte de la magia de la pedagogía: proponer que pensar es irse en contra de la
naturalización de la guerra. Los maestros somos la resistencia a todos los
procesos que violentan la dignidad y la democracia. Visite nuestro blog: www.mnemosinesantoto.blogspot.com
Algunos referentes bibliográficos
que podrían utilizar los docentes:
-
Gamboa Santiago (2014). La guerra y la paz. Debate:
Bogotá. Es un bello ensayo sobre una provocación de Tolstoi.
-
García Ángel Antonio (2015). Breviario de la paz.
Bogotá: IDARTES. Una de esas joyas publicadas como parte de Libro al viento.
-
Pacifista: un manifiesto contra la guerra. www.
Pacifista.co Recomiendo los documentales sobre la relación del Arte y la
Violencia.
-
Artículo 22 de la Constitución de 1991. Es el epígrafe de toda iniciativa que busque
hacerle comprender a los colombianos que merecemos un país en paz para luego
ponernos a construir un país digno.
-
http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/ Todos los
informes del CNMH permiten la sensibilización. A este respecto se puede
comenzar por el informe BASTA YA! A la par del documental NO HUBO TIEMPO PARA
LA TRISTEZA.